Capítulo XIX. El adiós

Espiral de tristeza
en la oscuridad de la noche
azules que se tornaron negros
amarillos apagados
el mar en lágrimas
el placer en dolortodo el sin sentido
de la falta de ilusión
la angustia que ahoga
toda ansia de seguir
ya no hay tiempo
no es tiempo de esperar
sin lugar a donde ir
ya no hay tiempo
ni palabras
que reaviven la esperanza.

Ya no hay que luchar
ni cimas por escalar
ni estrellas que encontrar
solo silencio
la nada que espera
a que llegue


Amaramares
10/03/2008