lunes, 30 de junio de 2003

Capítulo XII. El reflejo del silencio




Volví al silencio de mi soledad, abrí el ordenador. Era tarde, pero no tenia sueño. La insatisfacción de una noche más malgastada y el peso de los recuerdos. La impotencia de no poder regresar a otros momentos en los que fui feliz.
Se abrió una ventana más. Alguien quiso compartir conmigo mi soledad y mi silencio. Quien era aquella persona que tenia mi mismo tono, mi misma tristeza... acaso aquella ventana era mi espejo? No, seguro que era un espejismo más.
Con escepticismo continué aquella conversación: agradable, dulce como una cortina ocultaba nuestra desesperación por reencontrar la ilusión y los sueños.

Amaramares
30/06/2003