sábado, 8 de agosto de 1998

Capítulo IV. Un lazo envuelto de esperanza


Subí las escaleras sigilosamente, buscando un rincón donde dejar escapar las palabras para llegar a mi amor esperanzado del otro lado del mar. Acurrucada entre un montón de macetas, y cubierta con un manto de oscuridad, escuché su voz. Miraba el cielo, aquel cielo que cubrió tantas noches de mi juventud sin apreciarlo. ¿Aquellas estrellas siempre habían estado allí? si estuvieron no brillaban...

Las palabras llegaron como un lazo. La sombra de la duda había cubierto de nuevo aquel amor esperanzado. Una vez mas la impotencia de la distancia aplastaba mis ansias de volar, enmudecidas por su decisión.

Me preguntaba, ¿Se puede tomar una decisión cuando se tienen dudas?.... por eso atravesé aquel mar que nos separaba y seguí trepando para volver a tocar la nube con la esperanza de llevarla de nuevo conmigo.



Amaramares
08/08/1998

No hay comentarios: